salir de la pecera

dejar atrás las violentas calles
asfixiado de gente
conglomerados de asfalto y estrés

sentimientos tóxicos
de miles
a diario,
consumismo agresivo
contagiando fútil ansiedad
de novedades prefabricadas,
anhelos contaminados
por falsos ídolos a medida
para control garantizado de masas
sedientas de entretenimiento embriagador

quisiera despertar
con el sonido del viento
el canto de las aves
y el horizonte despejado
oír la sinfonía del otoño
hablando en tonos ocres
el coro blanco invernal
polifonía primaveral
de coloridos instrumentos
ver nacer los arroyos
gota a gota del deshielo
y respirar el perfume
arrancado por el rocío
a mis hermanos
y dormir bajo sus sombras
en el inevitable verano
y trazar senderos en la hierba virgen

salir de la pecera para volver al océano

testigos mudas

testigos mudas
gritando las penas
y el dolor de miles
de injusticias,
de muertes sin sentido

sus pieles destilan tinta
de reclamos sin atención
de sus destinatarios
ciegos que no quieren ver
sordos que no quieren oír

la lluvia desgarra sus cicatrices de papel
y yo me fusiono con ella
cuando la tristeza brota de mis ojos