qué puedo yo
saber de ti
que en contadas ocasiones
te he visto,
las mínimas
como para saber que no
eres un fantasma,
y aún cuando muchos te creen
una utopía, eres
bien real
al querer definirte
huyes
y es que eres tan
subjetivamente humana
que resulta casi
imposible compartir
la experiencia de tu compañía
por eso
hablar de ti
supone escalar
un castillo hecho de naipes
en donde no hay
de qué asirse para no desmoronarse
eres tan única, ejemplar
en tu especie,
como indivisible
y sólo puedes
estar un instante
con cada uno de los millones
que desean tenerte
mas, tú sólo te sientes a gusto
en la compañía de quienes
te buscan y eres esquiva
de quienes se sientan a esperar
cómodamente tu llegada
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