pequeños eslabones dorados
brillan en la oscuridad,
en la celda,
en donde atrapado
quedaste por la ambición
media vida
se te fue persiguiendo
la riqueza
y ahora ves,
a través de la rendija,
los barcos en el horizonte perderse
y te sueñas cada noche
navegando en ellos,
pero cada mañana
despiertas con los grilletes dorados
que no puedes dejar
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