pudor
perdido por el hambre,
angustia
de la timidez,
lucha interna
por no querer
molestar
y por buscar
saciar
una necesidad básica,
pedido de auxilio
en los tiempos de las ciudades sordas
y yo,
que no debería
estar presente,
en un instante
de efímera lucidez,
atino a acercar
un café caliente
en una mañana fresca
de un atípico otoño
fresco
la vergüenza ajena,
me rodea por sentir
una chispa de humanidad
en la enajenada
cotidianeidad de hoy
y yo,
escribo por no llorar,
herido
por la injusticia
No hay comentarios:
Publicar un comentario